Del domingo día 2 al miércoles 5 de diciembre visitamos
Bruselas y Lovaina, dos ciudades apasionantes por su variedad cultural, al
igual que bonitas por sus edificaciones.
Estuvimos instalados en un
apartahotel del centro de Bruselas y compartí habitación con otros tres compañeros de mi curso.
El primer día simplemente dimos
una vuelta por la ciudad y por los mercadillos navideños en los que vendían
desde comida hasta todo tipo de regalos. Vimos la Grand Place, los exteriores
del ayuntamiento, el edificio de la Bolsa, etc.
El segundo día fuimos a visitar
el Congreso y el Parlamento Europeo. Allí nos dieron charlas similares en las
cuales se podía sacar una conclusión general:
Aprender idiomas es fundamental para poder tener salidas en un
futuro. Además nos contaron que los
sueldos en Bruselas son más bien altos y que superan la mayoría los 1.200 euros
mensuales por lo que no era de extrañar que los precios de los productos fueran
más altos que en España ni que muchos de los coches que había en la ciudad
fueran de primeras marcas como Mercedes Benz, Porsche, etc.
El martes visitamos Lovaina. Fuimos en tren y de camino, a las afueras de
Bruselas vimos muchas naves industriales pertenecientes a empresas
multinacionales como McDonald’s, Bayer y otras muchas más que me llevaron a
reflexionar y darme cuenta de que en la ciudad se imponía el pequeño comercio
frente a las grandes superficies. En estas cosas es donde se ve la diferencia
entre España y el resto de los países.
Lovaina es una ciudad muy bonita
que mezcla zonas muy antiguas con los edificios de piedra y el suelo de
adoquines con otras modernas que se parecen
a cualquier otra ciudad europea, pero también destaca por ser una ciudad
de universitarios (tiene más de 40.000).
Uno de sus principales transportes son las bicicletas. Hay que destacar
que de todos esos universitarios, solo unos 4.000 son extranjeros.
El último día fuimos a ver el
museo del cómic y entramos en la catedral de Bruselas antes de ir al aeropuerto
para regresar a Zaragoza.
Las sensaciones fueron buenas y
positivas y me animan a realizar más viajes como este porque no descarto la
posibilidad de algún día ir a estudiar o a trabajar a un país extranjero.
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